Hoy quiero hablaros de cómo podemos aprovechar cada segundo para introducir el estilo de vida activo. Si sigues estos consejos, verás cómo con el tiempo la rutina de ejercicio físico se habrá convertido para ti en un hábito como lavarse los dientes o incluso respirar.

Si asociamos la práctica de actividad física a momentos cotidianos o tiempos de espera de actividades de la vida diaria, tendremos la ventaja de que, con poco tiempo de práctica, poco a poco y de forma natural, estaremos consiguiendo mucho, ya que estos momentos se pueden repetir varias veces al día, varios días a la semana y/o varias semanas al mes. Y ¿cómo podemos hacer para introducir el estilo de vida activo casi sin darnos cuenta? Simplemente aprovechando, por un lado, los tiempos de espera y, por otro, asociando la realización de ejercicio físico a actividades de la vida cotidiana.

Puedes empezar pensando en qué hábitos realizas cotidianamente y hacer una lista. Posteriormente selecciona de esta lista aquellos que son más susceptibles de asociar o incorporar algún ejercicio físico. Un ejemplo de lista de hábitos cotidianos podría ser: comer, acostarse y levantarse de la cama, ir al WC, lavarse las manos, lavarse los dientes, ir en coche (conduciendo o no), ir en autobús, esperar en la cola del supermercado, esperar en la visita al médico, etc.

Si asociamos la práctica de actividad física a algunos de estos momentos tenemos la ventaja de que con poco tiempo de práctica por vez estaremos consiguiendo mucho ya que estos momentos se pueden repetir varias veces al día, varios días a la semana o al mes. En el siguiente vídeo he seleccionado tres momentos para que puedas empezar a practicar.

La falta de tiempo ya no será una excusa nunca más